La historia de Philipp

La beca a corto plazo de ERA es una oportunidad fantástica para que los jóvenes nefrólogos (o residentes) adquieran experiencias únicas. Ya sea para fines clínicos o científicos, la oportunidad de pasar un período limitado en un centro con experiencia especializada abre oportunidades e ideas invaluables que de otro modo podrían permanecer inaccesibles. A diferencia de los programas de intercambio durante los estudios universitarios (por ejemplo, Erasmus), una beca durante la residencia o más adelante en la formación profesional ofrece la oportunidad de probar y comparar experiencias ya establecidas, mientras se aprenden habilidades clave para la carrera de uno. Además, permite construir conexiones que pueden beneficiar tanto profesional como personalmente en los años venideros.

Creo que una beca apoyada por ERA definitivamente no debería pasarse por alto en el CV de uno. Los participantes en este programa han demostrado que dejaron su institución con una tarea de trabajo o aprendizaje específica para adquirir habilidades o experiencia relevantes en un centro reconocido internacionalmente. Como resultado, no sólo poseen habilidades avanzadas específicas, sino que también destacan por sus habilidades sociales (integración en nuevos equipos, comunicación en un idioma extranjero, flexibilidad, etc.).

Recibí la confirmación para la Beca ERA al final de mi formación en nefrología. En mi departamento, hasta ese momento, pocos intervenciones habían sido realizadas por nefrólogos. Por lo tanto, la beca llegó en un momento ideal, con el objetivo de adquirir habilidades de intervención específicas. A mi regreso, mi objetivo era establecerme dentro del departamento como el especialista responsable de la nefrología intervencionista y encontrar mi área de especialización distintiva. Por lo tanto, creo que la Beca ERA puede ser una oportunidad única para abrir rutas de carrera personal.

El objetivo principal de mi beca era aprender la colocación de catéteres de diálisis tunelizados, junto con la adquisición de habilidades adicionales relacionadas con el acceso vascular. El periodo designado de tres meses fue la cantidad ideal de tiempo para realizar suficientes intervenciones y adquirir la experiencia necesaria para establecer estos procedimientos en mi institución de origen al regresar. Además, me beneficié enormemente al participar en la rutina clínica diaria y de la oportunidad de comparar y ampliar mis conocimientos y experiencias existentes con los flujos de trabajo en la institución anfitriona. Me gustaría destacar especialmente la increíble hospitalidad y expresar mi profundo agradecimiento, especialmente a Luis Coentrao, Hugo Diniz y Miguel Relvas.